Obituario Prof. Ciges

El pasado 31 de mayo falleció “el Jefe” y probablemente me corresponda, como uno de sus últimos miembros de la denominada “Escuela de Granada”, enfatizar las virtudes más relevantes de su personalidad.

Conocí a Don Miguel Ciges en la primavera del 1976, de la mano de Torcuato Labella. Por aquel entonces era alumno interno de Histología en mi último año de carrera en la Facultad de Medicina de Granada y le mostré mi deseo de formarme en la Otorrinolaringología. Fue en ese momento, con su aceptación, cuando mi vida quedó vinculada a esta persona y su entorno.

En el plano profesional era incansable, repleto de sabiduría y conocimientos, al que siempre podías acudir y consultar. En el plano docente era riguroso, crítico e incluso tenaz; siempre sabía cómo sacarte e incentivar lo mejor de ti. En esta faceta es donde mostraba sus mayores cualidades, y en las memorias está el enorme fruto de su labor, que tan inteligentemente logró establecer a lo largo y ancho de la geografía española. Por último, en su vertiente humana lo recuerdo como introvertido, manteniendo siempre su distancia de seguridad que a veces dificultaba las relaciones personales.

Era pues, un maestro abnegado con la vocación y dedicación que hoy en día es difícil, por no decir casi imposible, de encontrar.

Dios lo tenga en su gloria y que su memoria inspire a vocaciones tan brillantes como la suya.

Descanse en paz.

Su admirado y querido alumno,

F. Padilla.